Historia del Camino de Santiago
El Camino de Santiago
Desde los Pirineos hasta Compostela, la vía jacobea recorre el Norte peninsular por la senda que trazaron los peregrinos medievales. En esta ruta se forjo la cultura europea.
Las bases del mito se consolidaron entre el 820 y el 830, cuando un eremita de nombre Pelayo advirtió al obispo de Iria Flavia, Teodomiro, de unos resplandores en el bosque cercano a su iglesia. Ordenó rastrear la zona y halló entre la maleza un monumento funerario que al instante identificó como la tumba de Santiago. El rey de Asturias, Alfonso II de Casto, fue el primer peregrino que acudió a venerarla
En los tres siglos siguientes, los sucesores de Teodomiro, obispos como Diego Peláez y Diego Gelmírez que dio un impulso decisivo a la construcción de la catedral románica iniciada años antes, explotaron el hallazgo para propagar la noticia por toda la cristiandad y erigir un centro urbano alrededor del mausoleo. Poco después aparece el códice Calixtino que señala el itinerario conocido como el Camino Francés.
La leyenda siguió alimentándose de episodios más o menos falseados, como el que se le atribuye a Carlomagno, que visitó Santiago después de que un ángel o el propio Santiago le animase en sueños a emprender un viaje siguiendo el camino de las estrellas, la llamada Vía Láctea, que le llevó a Galicia, donde se encontraba su sepulcro, para que lo liberase de manos musulmanas y a donde acudirían peregrinos de todo el mundo por los siglos de los siglos. Éste es el camino conocido como el Francés. Santiago, a lomos de un corcel blanco, ayudó al ejército de Ramiro I a derrotar a los musulmanes en la batalla de Clavijo; el primer ministro musulmán Almanzor saqueó Compostela pero no se atrevió a tocar el relicario del santo.
Hasta fines de siglo VI no hay la menor mención documental a la hipotética presencia en España del hijo de Zebedeo. Se dice que fue ejecutado en Jerusalén, porque predicó en Palestina y allí lo enterraron. Se ha dicho, Unamuno entre otros, que quien ocupa el sepulcro es Prisciliano, obispo y hereje ajusticiado en el siglo IV.
El arzobispo S. Clemente, en el siglo XVI, ocultó las reliquias tras el altar mayor de la catedral, cuando los piratas ingleses atacaron a la Coruña. En los 300 años siguientes decayó el fenómeno de las peregrinaciones y se perdió la memoria del escondrijo. Durante unas obras de reparación acometidas bajo el Altar Mayor en 1879, los restos del Apóstol vuelven a salir a la luz y una comisión científica de la Universidad examinó el hallazgo y concluyó que los huesos eran muy antiguos y pertenecían a tres personas distintas, se trataba del apóstol y de los dos discípulos. El Papa León XII había garantizado en una bula oficial que aquellos eran los huesos de Santiago, por lo que fueron recogidos en una urna de plata que hoy se encuentra en la cripta que está bajo el Altar Mayor de la Catedral de Compostela.
En 1955 en unas nuevas excavaciones apareció la lápida funeraria del obispo Teodomiro, el original descubridor del sepulcro apostólico. La visita de Juan Pablo II a Compostela en 1982 colabora al resurgimiento del Camino. Como en la Edad Media, ha vuelto a convertirse en destino de millones de visitantes, en 1993, año santo, más de cinco millones de personas llegaron a Santiago, en 1999, año santo también, han peregrinado más de once millones. Parece que importa poco el origen de las reliquias que se muestran en la catedral.
Cando en 1993 la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad, el Camino peninsular que va a Compostela y los cuatro caminos franceses, no hizo sino certificar el aumento de peregrinos en dicha ruta.
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Del primer peregrino que se tiene constancia que acudió a Santiago es del obispo Gotescalco, en el siglo X. Otro personaje que también peregrinó a Compostela, fue Aimeryc Picaud, que escribió la que se puede considerar, la primera guía turística de la historia, en el siglo XII. Este libro se conoce como Códice Calixtino por ser el Papa Calixto II quien lo mandó escribir o porque aparece en el mismo como autor de algunas partes, también es conocido como Liber Sancti Jacobi. Se trata de un manuscrito de 225 páginas, dividido en cinco libros, entre los que destaca el 5º, Liber Peregrinationis, en donde se describe, dividida en 16 etapas, la ruta, los ríos buenos y malos, los hospitales, monasterios y alojamientos, los peligros que podían presentarse, notas sobre el carácter de los habitantes, a los que Picaud consideraba bárbaros, sólo se muestra indulgente con los gallegos porque se parecían a los franceses. El itinerario que marcó el Códice Calixtino todavía se maneja hoy en día, se extendía desde los Pirineos hasta Santiago y es conocido como el Camino Francés. Este libro se conserva en el archivo de la Catedral de Santiago. Se trata de la copia más completa y antigua de un texto cuya difusión contribuyó a aumentar la afluencia de peregrinos en la Edad Media.
A lo largo de los siglos han sido millones de personas las que han acudido y siguen acudiendo en peregrinación a Compostela, no hay otra ruta tan frecuentada ni tan legendaria que haya quedado como prototipo de la peregrinación. El Camino es un resto vivo de cuando la religión era la base de la sociedad pero porque hoy, cuando lo que mueve la sociedad es el dinero, la gente sigue acudiendo en masa, porque el Camino es más que una excursión en la naturaleza durante días, es entrar a formar parte de una hermandad de caminante solidarios, es recuperar el compañerismo, el humanitarismo se convierte en lo más natural. Quien crea que es un camino más, un trayecto para ir de un sitio a otro, está muy equivocado. No es un desplazamiento, sino el viaje a un destino que está en el Oeste. Es la Vía Sacra mas solida de la cultura occidental ya que unió España a Europa en lo religioso, cultural, artístico, político y económico.
AÑO SANTO
La institución del Año Santo Jacobeo se remonta a los tiempos del Papa Calixto II y viene celebrándose desde el siglo XII.
La promulgación de la Bula Regis Aeterni por el Papa Alejandro III, en 1187, contribuyó a aumentar la importancia del Camino. Dicha norma establecía la concesión de la indulgencia plenaria (perdón de todos los pecados) a quienes peregrinasen a Compostela durante el Año Santo. Según la Bula, esta celebración tendría lugar cada vez que el 25 de julio día de Santiago cayera en domingo. Desde entonces ha habido 117 Años Santos, incluido 1999.
Se inicia con la apertura de la Puerta Santa de la Catedral, el día uno de enero y concluye el 31 de diciembre.
Con el tiempo, la iglesia ha rebajado las condiciones para obtener la indulgencia y ya no es necesario hacer el Camino completo. Basta con recorrer 100 Km a pie o a caballo, o 200 Km en bicicleta, visitar la Catedral compostelana y la tumba del Apóstol, rezar alguna oración por las intenciones del Papa, confesarse, asistir a misa y comulgar 15 días antes o después de la visita a la Catedral. También se gana el Jubileo entrando por la Puerta del Perdón de la Iglesia de Santiago, en Villafranca del Bierzo (León).
Las personas que hagan el Camino en coche, no tienen derecho a solicitar la Credencial de Peregrino, ni a dormir en los albergues, ni a gozar de los privilegios del peregrino.
Transporte de mochilas
Los Caminos Jacobeos 1
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Guía del camino del Santiago: Historia
Códice Calixtino
Desaparece el Códice Calixtino
aÑO SANTO
la puerta santa
La Puerta Santa
meta de los peregrinos